Creo que fue a principios de marzo de este año cuando tuvimos el honor de visitar la casa y el taller de Guillermo Núñez, Premio Nacional de Artes Visuales del año 2007. Íbamos algo nerviosos porque, si bien conocíamos su obra y su importancia en la historia del arte chileno, sabíamos que aquella visita sería algo muy distinto a revisar sus trabajos en la amplia bibliografía existente o revisar alguno de sus libros de artista en la Biblioteca Nacional. Esta visita implicaría conocer la intimidad de un volumen de obra importante, guiado por el propio artista.

Nuestra intención, durante ese primer acercamiento, era conocer de cerca su producción de libros de artista, puesto que teníamos la intención de integrarla a nuestro catálogo, luego que conociéramos a su esposa Soledad durante la 1a. Feria del Libro Arte-Objeto de Patio Bellavista en diciembre de 2016.

Al llegar a su casa, Guillermo nos recibe con la amabilidad que le caracteriza, y nos invita inmediatamente a su galería personal, un espacio que devela inmediatamente el carácter de Núñez: un artista prolífico por esencia, cuya producción es imparable y llena de ideas que no esperan demasiado por ser concretadas. Los mesones centrales de la galería guardan torres de libros, todos ubicados en una posición que le permiten a Guillermo conocer con exactitud su ubicación, mientras que el perímetro se encuentran montadas muchas de sus pinturas. Después de esa primera impresión, pasamos la tarde entera conversando y revisando sus libros, intentando dedicarle a cada uno el tiempo que merece. Pero a la mitad de la conversación comenzamos a entender que la premura o la ansiedad por intentar abarcar una producción de tantos años es imposible realizarla en tan solo un par de horas. Es necesario volver unas cuantas veces más.

Si algo hemos aprendido en estos años, es que los libros de artista necesitan múltiples lecturas en las que se creen y renueven sus significados. Así, cada vez, surge una nueva historia, un nuevo libro, una nueva obra.

No sabemos con certeza cómo fue el encuentro entre Guillermo Núñez y los libros de artista. Sin embargo, sabemos que los comprende como una tipología artística portadora de expresión y significado, diferenciándola de un objeto cultural que busca solo la difusión de una obra. Así mismo, nosotros vemos en todos ellos una obra de arte que logra mostrar aquello que la pintura, el dibujo o la escritura – sus intereses – por sí solos no pueden. La naturaleza secuencial del libro – de la que tanto hablaba Ulises Carrión – le da la posibilidad de establecer el ritmo a la mirada, a la lectura. Mediante ella, el lector/espectador parece sumergido en una sala de exposiciones, sin embargo, en el libro de artista la sala también es obra, no sólo su depósito.

Una de los libros que mejor demuestra la necesidad de realizar nuevas lecturas para encontrar nuevos detalles es ‘Alquimia’: una exposición presentada en el año 1995 en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago que luego fue montada en las calles de la ciudad como una galería a cielo abierto. Este trabajo que pronto tomaría forma de Libro de Artista, nace de la definición de Paracelso de ‘Alquimia’: llevar a término algo que está incompleto. Las obras pictóricas pronto pasaron a formato libro reuniéndose con gran parte del material paralelo producido por Núñez para la ocasión, construyendo un volumen de trabajo tal, que llegó a realizar 4 ediciones diferentes del libro de artista: una que solo contenía su bitácora de trabajo; otra versión universitaria que decidió anillar e intervenir en cada una de sus tapas, convirtiéndolas en obras únicas; una edición universitaria con los textos; una carpeta con serigrafías y la bitácora de taller; y una edición de lujo que contenía las serigrafías más la bitácora de taller en una caja entelada y serigrafiada.

Las posibilidades combinatorias de ‘Alquimia’ son tan potentes, que convierten a cada una de sus versiones en ventanas que permiten explorar algún área creativa de Núñez: artes gráficas, escritura y pintura. Lo mismo ocurre con ‘La Quinta del Sordo’ del año 2003.

El nombre de este libro recuerda a la casa de Goya, aquella donde realizó su serie de Pinturas Negras, permaneciendo hasta fines del siglo XIX decorando el espacio. El impacto de estas pinturas hoy expuestas en el Museo del Prado en Madrid, conforman una serie que lidia con el terror, la muerte y la violencia, tanto en entornos íntimos como colectivos. Del mismo modo, Núñez en ‘La Quinta del Sordo’, crea una serie de libros que constantemente interrogan al lector acerca de la naturaleza de la humanidad. Así, al extraer el primer volumen llamado ‘Laberinto’, una pregunta inmediatamente incomoda: ¿es usted inocente o culpable? aparece escrito debajo de una imagen del Palacio de La Moneda bombardeado durante el golpe de estado del año 1973. Este primer acercamiento a la ‘La Quinta del Sordo’ de Núñez, constituye una primera estación de una serie de cuestionamientos en torno a la problemática del horror, construyendo una narrativa en la que los aspectos humanos globales lentamente van desembocando en una reflexión en torno a la violencia sufrida por el mismo artista, volviéndose cada vez más íntima, pero invitando al lector a hacerse parte de un archivo de la memoria del horror. Tal vez, pensando acerca de su propio cuarto de horrores.

Así como sucede ‘La Quinta del Sordo’, los restantes libros de artista de Guillermo no son fáciles de ver, puesto que son transparentes, mas no de una transparencia evidente. Requieren que el lector cambie su ritmo y disposición, y tome el tiempo de recorrer cada detalle, cada dibujo y establezca las relaciones subyacentes en sus páginas.

Esta colección, compuesta por 14 títulos creados entre los años 1995 y 2015, es una muestra fiel y completa del trabajo de Núñez con los libros de artista, encontrándose disponible para su revisión, difusión y venta en Naranja Librería & Editorial, tanto en su tienda virtual como visitando el showroom. Te invitamos a venir a conocerla de cerca y complementar tu visita con la exposición ‘4 Premios Nacionales’ que actualmente se encuentra en exhibición hasta el 21 de junio de 2017 en el Museo Nacional de Bellas Artes, a tres cuadras de nuestro showroom.

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